7.7.16

Josep Pla. El oficio de mirar

www.circulo.es

Josep Pla es uno de los mejores escritores españoles del siglo XX. Que pareciera disfrutar tocándole las narices a todo el mundo nos hace además quererle.

El personaje que creó o dejó que crearan resulta fascinante: un hombre misógino, parlanchín, con sonrisa y boina perpetuas, que tras viajar por medio mundo decidió quedarse a fumar tranquilo en su masía del Ampurdán.

Escribió miles de páginas, casi siempre desde el Yo, donde contaba lo que veía y lo que pensaba. No hay en ellas grandes aventuras ni gesticulaciones, sólo un tipo que recorre un siglo en llamas con los pulgares en el cinturón y murmurando que no hay nada mejor que ser un campesino sencillo.

Su dietario en cuatro volúmenes es imprescindible. En ellos recorremos toda una vida, desde su juventud de estudiante en Barcelona, al corresponsal en el Berlín de Weimar, pasando por Italia, Madrid y su retiro en el Ampurdán, donde moriría en 1981. Lo conforman El Cuaderno Gris, Notas Dispersas, Notas para Silvia y Notas del Crepúsculo. Los cuatro se han reeditado juntos en al menos dos ocasiones en los últimos años.

Poco a poco están reapareciendo algunos libros suyo en bolsillo, de calidad algo irregular –La vida amarga por ejemplo es insoportable-, pero hay pequeñas maravillas, como el Viaje en Autobús, que es un ejemplo de narrativa pulida, fragmentaria y profunda. Sin acción ni hilo conductor, envuelta en la apariencia de sencillo cuaderno de notas sobre viajeros y paisajes, es un ejemplo de maestría literaria y voluntad metafísica.

Como acercamiento al personaje, hay una entrevista antológica en TVE, grabada poco antes de que muriera, donde aflora su genialidad del autor y cuyas opiniones valen más que mil tratados de narratología. Es una charla grata para acercarse él. Militante en la modestia, desmitificador  de sí mismo y su obra, escuchándolo solo podemos lamentar no haberlo conocido en persona.

Y cómo estudio sobre su obra, Josep Pla o la razón narrativa de J.M. Castellet sigue siendo seguramente el mejor estudio sobre la obra de Josep Pla que existe.

Según Castellet los libros de este Pla presentan tres de características que se mantienen a través de los muchísimos años de producción y avatares vitales:
 
1)  La expliciticidad: Pla no se abandona a los experimentalismos ni a la tramoya novelesca. Su prosa es diáfana, realista y autobiográfica. Se limita a seguir a Stendhal cuando habla de escribir como un espejo que refleja lo que sucede en la calle. (“Dado que este hecho confirma mi sospecha de que en la vida no se producen argumentos más que por rarísima casualidad –y, por consiguiente, que las novelas con argumento, más que reflejar la vida no hacen otra cosa que arbitrar una forma de artificiosidad-, no me consideré autorizado a ser más papista que el Papa ni a modificar en lo más mínimo lo reflejado en el espejo”).

O sea que la imaginación para los niños y los escritores amordazados. Mientras se pueda, hay que describir la realidad circundante sin florituras o metáforas.

2) La reflexividad: Pla vive para mirar, para transcribir desde el "yo" los misterios de la vida cotidiana. Y luego opina sobre lo que ve y siente, desde el paso del tiempo a las comidas, del olor del mar a la memoria. Es un autor ideológico y de gran profundidad intelectual. Todo lo aprehende desde sus principios y a ellos se atiene (Pla además de conservador y amante de la Naturaleza, sabe mucho, entre otras cosas, de economía y es uno de los pocos autores contemporáneos que incluye los intercambios comerciales diarios como parte de las relaciones humanas).

3) La totalidad significativa de la obra: La obra de Pla es un universo literario propio porque aun con las veinte mil páginas publicadas tiene una continuidad, una visión coherente del mundo. De la infinidad de anécdotas que recoge durante décadas se extrae una estampa nítida de la Cataluña del siglo XX.

En fin, que si esto de escribir en internet tiene algún sentido, una orientación legítima más allá del onanismo narcisista, es el de constatar limpiamente cómo -más o menos- vivimos los hombres nuestro tiempo. Ya que nuestro ampurdanés universal es una referencia estilística en estas lides, podemos leer este texto como una especie de manual de lo que debemos de hacer en los blogs y revistas digitales.

No hay comentarios: