Los libros malos de Bukowski son deleznables,
los buenos son mucho mejores de lo que nadie quiere reconocer. La senda del perdedor, Factotum, Cartero y Mujeres, por
ejemplo, son cuatro novelas que leídas en este orden componen una suerte de
magnífica autobiografía. El capitán salió
a comer y los marineros tomaron el barco es un bellísimo diario de su
último año de vida. En Hollywood
encontramos una crónica tan divertida como ilustrativa de lo que es la relación
de la literatura con el cine. Además algunos de sus libros de relatos son
excelentes, así como partes de su poesía.
También es cierto que hay una serie de
engendros suyos innombrables circulando por ahí que no son más que un
desperdicio de papel.
Este libro que reseñamos, Lo que más me gusta es rascarme los sobacos, es presentado como si
su autor fuera el propio Bukowski por una fullería de Anagrama, cuando en
realidad la mitad de sus poco más de cien páginas son un estudio de la obra del
escritor a cargo de Fernanda Pivano, y las otras cincuenta páginas una
entrevista-diálogo de la misma con Bukowski y algún otro convidado que se
apuntó al cenáculo. Es decir, es un libro realmente de la académica italiana,
no del escritor californiano.
Pero ese detalle baladí no oscurece lo
interesante del texto. El estudio, tal vez un artículo largo publicado en
alguna revista previamente, es una buena guía de lectura de Bukowski, si acaso
tal cosa hiciera falta, ya que es un autor explícito en fondo y forma, reacio a
las interpretaciones. Con algún apunte de su vida y la exposición de las
obsesiones fundamentales Pivano perfila bastante bien los contornos del cosmos
bukowskiano. Se referencian los mejores libros hasta la fecha de redacción -1980-
aunque todavía quedaban por aparecer algunos más; pero lo esencial está allí.
La aproximación de Pivano nos ahorra la
jerigonza postestructuralista de la época y se convierte en una prosa amena.
Nos explica que los personajes son siempre del lumpenproletariado, pero sin los
sensacionalismos propios de este tipo de literatura. La fuerza reside en que hay
descripciones de las consecuencias de la explotación económica, pero sin
disertaciones añadidas ni argumentarios. O como decía Juanma Agulles en aquél
legendario y seguramente descatalogadísimo Non
legor, non legar: “Sin estridencias teóricas, Bukowski lleva a la práctica
una máxima bien conocida: la existencia condiciona la conciencia y no al
contrario”.
Estos libros se pueden leer como la descripción
de un estercolero, pero también de la vegetación que nace entre su inmundicia.
Es conmovedor cómo los personajes apaleados sobreviven y a veces se quieren y
se cuidan, pero sobre todo la fe de Bukowski en la cultura y la posibilidad final
de salvarse mediante la escritura. Entre vómitos y cinismo, para él la música
clásica y los buenos escritores están fuera de toda duda, son certezas no
sujetas a diatribas.
La entrevista-coloquio de la segunda mitad del
libro complementa la primera. Bukowski aparece algo ya crecido por el éxito,
divertido ante los escándalos que provoca en su gira europea. Se habla de una
aparición suya en la televisión francesa, de la que no recuerda nada por la
borrachera que llevaba; o un boicot al que le sometieron unas feministas en
Alemania.
Se tantea el tema de la política y la actitud
rebelde del escritor. Por supuesto Bukowski no es progre. Odia a las buenas
personas y a los buenos sentimientos. Llega a decir que simpatizó con Hitler
solo por el asco que le daban los buenos patriotas americanos. No se incide más
en este tema, pero es que no hay nada más que decir. Se ve que el tipo necesita
llevar la contraria con todas sus consecuencias.
También hay varias referencias a la película
que estaba rodando Barbet Schroeder, Barfly, basándose en un guion del propio
Bukowski. El escritor llegó a salir en ella como figurante (Es una película
magnífica que se puede ver gratis en youtube, por cierto).
Una buena lectura para iniciarse, en suma.
1 comentario:
Durante mucho tiempo disfrute en el bus y en el metro como su protagonista, con un cuento de bukowski en que una chica lleva a su novio convertido en miniatura en la vagina jugando con el clitoris.Luego en una pelicula quiza la que dices via a unos adolescentes tanaticos follando cadaveres de mujeres preciosas tres, a la orilla del mar.Con esta libertad imaginaria a nuestra disposicion se puede disfrutar a lo grande hasta con el sexo marital.la imaginacion al poder por lo menos en casa....
Publicar un comentario