El día que te dan un bebé feo y rosa, y te dicen que a partir de ahora y durante muchos años te va a tocar cuidarlo, sientes desasosiego. Nunca más serás ya libre y has dejado de ser para siempre el centro de tu propia vida. Luego, cuando asimilas que tu “yo” pasa a ser anecdótico ante las necesidades del recién llegado, flotas en un cálido sentimiento de liberación. Lo que los monjes budistas tardan décadas de meditación en conseguir -o sea importarse uno mismo una mierda- tú lo han conseguido nada más salir del paritorio.
------------
Todos
hemos perdido a seres más o menos próximos este último año. No olvidemos esta pena. No olvidemos que todos hemos sufrido y que eso nos hermana. Que ningún
político miserable vuelva a enfrentarnos. El vecino no es mi enemigo. Todos estamos hermanados, compadecemos
juntos ante un mismo dolor.
-------------
Mi
apuesta para después de la pandemia es que la ciencia ficción será el género
por excelencia. He leído muchos libros de este género en los últimos meses, y
cada vez me parece más un realismo prospectivo.
-----------
El
dinero racionaliza, da fe de que algo funciona y tiene futuro. Cualquier
proyecto que afirme no buscar el lucro oculta motivaciones bastante más turbias,
por lo general mezquinos juegos de poder.
Quien dice no querer dinero es sospechoso de tener vicios mucho más infames que la codicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario