11.4.16

Brevísima introducción a la historia de Colombia




Un poco de historia nacional a brochazos. La Colombia contemporánea empezó el 9 de Abril de 1948 cuando Jorge Eliécer Gaitán, líder de una facción del Partido Liberal, fue acribillado por no se sabe orden de quién en la capitalina carrera Séptima con Avenida Jiménez-justo donde ahora hay un McDonalds.

Los desarrapados, que le adoraban, culparon al gobierno conservador, se echaron a las calles y en las horas siguientes arrasaron la capital. Fue el llamado Bogotazo, que no duró mucho. Nada evitó empero que las guerrillas liberales se lanzaran al degüello en todo el país. Hubo respuesta de sus contrapartes conservadoras y los colombianos se pasaron los siguientes años con La Violencia, nombre bastante específico de lo que fue aquella guerra civil.

En 1956 el Partido Conservador y el Partido Liberal se reunieron en Benidorm, España, y, entre mojito y mojito, decidieron que llevarse bien era mejor para la salud, para sus bolsillos y para evitar que generales populistas sin apellidos bonitos se hicieran con el Cotarro (la breve experiencia dictatorial de Rojas Pinilla no pareció convercerles). Configuraron entonces el Frente Nacional, que básicamente era el turnismo en el Presidencia de ambos partidos: lo que es todo el mundo occidental llamamos democracia y que aquí, tal vez con mayor precisión semántica, se llamó dictadura oligárquica.

Un tal Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda, alias Tirofijo, antiguo guerrillero liberal, decidió que lo de Benidorm no iba con él y se acantonó con unas decenas de leales en la “república” de Marquetalia, en Tolima. En 1961 el Ejército cargó contra ellos, pero Tirofijo escapó y creó las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

O sea, más tiros y muertes, que duran hasta hoy.

Y mientras tanto en Bogotá… En 1948 la capital era apenas un pueblo de 250.000 habitantes que se reducía a Candelaria y alrededores. Como dato significativo, el Museo Nacional, que hoy es referente para hablar del centro, era a principios de siglo una cárcel construida en un páramo lejano de la ciudad.

Pero tras el Bogotazo todo cambió. Los ricos consideraron que no podían ser vecinos de chusma inflamable y huyeron al norte, crearon el norte. Surgieron barrios como Chapinero y Teusaquillo, y Candelaria se convirtió en un guetto decadente.

Gradualmente millones de colombianos empezaron a venir a Bogotá. En un país frecuentemente en llamas, la capital era un remanso de paz. Los migrantes, si tenían plata, se iban al norte, si no, se construían un tugurio en el sur. Las dos ciudades en una que todavía hoy padecemos.

Y así fue, más o menos. Actualmente Bogotá tiene un mínimo de 8 millones de habitantes (depende de quién los cuente y si incluye a Soacha o no), es una de las grandes megalópolis pujantes de América Latina, motor económico de Colombia y, a decir de una amiga mía que suele tener buen criterio, la ciudad más estimulante del globo.

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