Antonio Escohotado (Madrid, 1941) es uno de los
intelectuales más completos que tenemos en España en la actualidad.
Ajeno a las banderías políticas, buen escritor y divulgador,
aparentemente lo ha leído todo y de todo sabe bastante. Además es uno
de los pocos pensadores patrios con repercusión internacional; su Historia general de las drogas
fue una obra inaugural en su momento, ya que el ámbito del estudio de
las sustancias ilegalizadas no se había trabajado con seriedad hasta
entonces, y fue traducida con éxito a varios idiomas.
Formado como
jurista, sociólogo y filósofo, lleva los últimos años trabajado en
cuestiones relacionadas con la economía. Su monumental trilogía de Los enemigos del comercio da
razón de ello. El primer volumen se publicó en el 2008 y prometía ser
el prefacio de una obra definitiva en la crítica del intervencionismo
estatal y la defensa de la libre iniciativa. Era un texto
interesantísimo y bien argumentado en la que se explicada la caída del
Imperio Romano por su conversión gradual en una economía saqueadora y
esclavista, para luego verse relevado por un cristianismo pobrista y
mezquino en la Edad Media, igualmente hostil al comercio.
El
segundo volumen apareció en el 2013 y se centró en analizar y refutar el
marxismo. Menos original y vibrante, tal vez podíamos entenderlo como
un puente necesario entre los otros dos volúmenes que se referían respectivamente a la
Antigüedad y al mundo contemporáneo.
Sin embargo este año ya
tenemos el tercer volumen y conclusión del estudio. Y queda cierta
sensación de que Escohotado ha descarrilado. Este libro es más breve que
los anteriores y se limita al comunismo en el siglo XX. Por mucho que
se anuncie como una crítica a los populismos recientes, estos casi no
aparecen. Se suceden los crímenes y errores económicos de la Unión
Soviética, y las mentiras e incoherencias de los intelectuales marxistas
afines, pero prácticamente no hay espacio para el keynesianismo o los
movimientos políticos que hoy se oponen al libre comercio, por mucho que
así se anuncie en la solapa del libro. No hay casi siglo XXI en este
tercer tomo, lo que no estaría mal si supiéramos que va a ver un cuarto
donde ya sí se hable del presente, pero no parece que vaya a ser así.
Cuando
apareció el primer libro su editor dijo que si se hubiera publicado en
inglés hubiera tenido repercusión mundial. Y la verdad es que se podía
suscribir esa opinión sin gran dificultad. Ahora ya no está tan claro.
¿Realmente una cabeza tan brillante como la de Escohotado no podía haber
elegido metas de más categoría? Es decir, la historia del comunismo es
necesaria, así como exponer sus horrores también. Pero eso tal vez
correspondería a otros autores, y no amerita ya tanta dedicación. Pienso
que Jean-François Revel ya cumplió en los años setenta y ochenta, con
la URSS en su apogeo y siendo el marxismo una filosofía prestigiada,
cuando dedicó tantos libros a desenmascarar esta forma de totalitarismo y
sus cómplices agitprop occidentales. Pero ahora queda arcaico, hay muchos temas mucho más urgentes.
Si
en lugar de centrarse exclusivamente en el comunismo como enemigo del
comercio, y hubiera estudiado más bien el comercio y todos sus enemigos,
la trilogía si sería más importante y definitiva. Ahora parece un poco
una revancha personal a toro pasado, algo facilón para un autor que da
para mucho más; o al menos del que esperamos que libre batallas
presentes.
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