Pertenezco a una
generación que creció en lo que podemos llamar un anticlericalismo atmosférico.
Se nos dijo que los curas eran carcas, la Iglesia una especie de mafia, y que
nadie con dos dedos de frente se adscribía ya al credo católico (aunque cualquiera
de las otras confesiones, incluso las más demenciales, sí que eran respetables).
Nosotros asumimos todo esto
como una verdad más; respirábamos estas ideas sin plantearnos su veracidad.
Pero lo malo de las
hegemonías es que con frecuencia se desmienten por los azares de la vida. En mi
caso conocí en los suburbios del globo a monjas y sacerdotes que no sólo no
eran nada de lo que me había dicho, sino que tenían una bondad e inteligencia
como pocas veces he visto. Quedé invalidado para esas simplificaciones
interesadas.
No consigo ser un buen creyente, pero respeto y amo a los creyentes. Anhelo un catolicismo abierto y vertebrador, que la Iglesia recupere su influjo sobre las gentes. Creo que en nuestro tiempo hace más bien que mal, y que una Fe refundada vigorizaría a la sociedad. Desde luego se ha comprobado que erradicar a la religión del mundo occidental contemporáneo no ha supuesto una forma de liberación; tal solo ha llevado a otros cultos menos trascendentales y más pueriles a ocupar el espacio de cohesionador social.
Una de las voces
católicas más interesantes es la de Manuel Fraijó, que fue jesuita aunque optó por
secularizarse. En la actualidad es catedrático de Filosofía de la Religión en
la UNED. Ha publicado varios libros de la materia. Dios, el mal y otros
ensayos es uno de ellos.
Son nueve capítulos independientes
que tratan temas más o menos recurrentes de la filosofía de la religión: el
mal, Dios, el Jesús histórico y el Jesucristo evangélico, la modernidad y el
cristianismo…al final tiene dos apéndices donde se explica el pensamiento del
teólogo Wolfhart Pannenberg, y otro que es una introducción a Lo santo de
Rudolf Otto, un libro imprescindible y fascinante sobre el hecho religioso, que
de la mano de Fraijó resulta especialmente clarificador.
La mayoría de los
textos están escritos debatiendo con otros pensadores. Algunos contemporáneos y
amigos del autor, como Javier Muguerza, filósofo agnóstico recientemente
fallecido cuyo olvido actual es tan absurdo como el encumbramiento al que fue
sometido en vida; otros ya más antiguos como Ernst Bloch, el filósofo marxista
tan preocupado por el concepto de esperanza.
Dios, el mal y otros
ensayos es un libro que pueden leer creyentes, no creyentes
y mediopensionistas; y sobre todo no requiere estar ducho ni en filosofía ni en
teología. Fraijó ha publicado media docena de libros y todos son igual de accesibles
y sustanciosos. Es un buen referente para los que nos interesarnos por las cuestiones de la fe y la Iglesia.
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