12.10.20

lunes

 

Nos vinimos a vivir a Prosperidad hace un año porque nos ofrecieron un buen apartamento que podíamos permitirnos; no hubo ningún otro motivo para el cambio.

Por supuesto yo encaré la mudanza con optimismo, dispuesto a encontrarle los aspectos interesantes a este nuevo barrio. Y al principio sí es cierto que esos pequeños detalles entrañables que tiene -y de los que hablaré otro día- me entusiasmaron. Arquitectónicamente La Prospe es de un feísmo militante, pero atesora buena gente y sitios con leyenda.

Lo malo es que llegó la pandemia y todo se volvió gris. Ya no se puede ir por las calles con el ánimo despierto, queriendo escuchar a los vecinos y merodeando por sus comercios. Ahora todo es recelo y rabia contenida.

La situación hace además que la vida social haya disminuido, y tampoco hay mucha motivación para hacer nada lejos de nuestros perímetros distritales.

Mi sociabilización como padre en los tiempos del cólera consiste en recibir visitas en el barrio.

 

Charlie se pasa mucho por aquí y su compañía es siempre agradable. Casi no habla del virus, hace todo lo posible por vivir ignorándolo. Sus inquietudes existenciales han variado poco, y le encanta acompañarme a los parques infantiles y sentirse él también un poco padre entre los padres.

Otra cuestión es Nicasio. Yo le tenía por una persona brillante y libre, pero desde que empezó esto vive permanentemente asustado. Sólo ha venido un par de veces y lo ha hecho como forzado, siempre obsesionado con las distancias y sin querer entrar en un local cerrado. Jamás se quita la mascarilla; llevo meses sin verle la boca. Estar con él es pesado. Nada bello parece llamar ya su atención; todo es ahora peligro viral y conspiraciones de la extrema derecha. Su conversación se ha secado.

Me entristece verlo tan vencido y mediocre. No creo que nuestra amistad supere este período. Ya es un tópico decir que estamos en un cambio de época, pero también lo es para las pequeñas cosas como éstas. 

Se refuerzan lazos, pero también hay purgas entre los seres amados. 

Confío en que Prosperidad vuelva a hechizarme.

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