14.1.21

lunes


Si reparamos en la gran calidad que tienen determinados blogs, lo dinámicas que son algunas editoriales pequeñas, y los ingentes conocimientos que exhiben personas ajenas a la academia, comprobamos que fuera de las instituciones y de los grandes circuitos suceden cosas muy interesantes. En la sociedad española hay vigor, el pueblo está pensando y se mueve. No todo está mediado por la hegemonía. 

De momento.

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La mayor nevada del último medio siglo en un momento álgido de la pandemia. Vivimos tiempos deprimentes. Se hace ya extraño pensar que hubo un tiempo en que podíamos viajar, entrar en las bibliotecas, o caminar por las calles reconociendo las expresiones faciales de los viandantes.

Tanta excepcionalidad me lleva a plantearme cuestiones que hasta hace poco veía como chifladuras. Por ejemplo tener víveres en casa para varias semanas. O una pala. Veo a mis vecinos retirando la nieve con palas. Jamás se me hubiera ocurrido tener esta herramienta en Madrid, sin embargo ahora veo que es necesaria.

Lo que me lleva a la otra gran cuestión ¿dónde demonios meto yo una pala, o víveres, o lo que sea en mi microapartemento? A duras penas entran ya los juguetes de mi prole ¡cómo para meter más cosas! 

¿Por qué no es un asunto político el tamaño ridículamente pequeño de las casas asequibles en Madrid?¿por qué nadie habla de que tener hijos es condenarse a la pauperización económica?

Llevan años metiéndonos en barriadas de alta densidad para controlarnos mejor y hacer caja, vendiendo o alquilando a precio londinense cuchitriles infames. Esto sí es una cuestión política sobre la que tendríamos que debatir.    

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