wikipedia |
La
partitocracia denunciada por Antonio García Trevijano se ha delatado en el
asunto del Rubius. Este youtuber se ha ido a Andorra porque dice que aquí el
fisco se lleva la mitad de lo que gana. Desde entonces los voceros de la
oligarquía de partidos no han dejado de advertirnos de que el sistema sanitario
puede quebrar por gente como él. O sea, que si Hacienda ingresa menos dinero en
impuestos, la solución inmediata de los políticos será reducir el presupuesto
de la seguridad social.
De
esta pasta están hechos nuestros dirigentes: están dispuestos a quitar camas de
los hospitales antes que prescindir de coches oficiales.
Es
lo que ellos mismos dicen. Ante la remota posibilidad de que cundiera el
ejemplo del youtuber y de que mermaran entonces los fondos de las arcas
públicas, no se han movilizado para declarar el sistema de salud público
intocable, un baluarte innegociable, la última línea roja que puede caer antes
de que el sistema salte por los aires. No han jurado que harán cualquier
sacrificio personal para evitar el más mínimo perjuicio en la atención médica.
No se han reunido para promulgar unas leyes que prohíban recortes en la sanidad
pública mientras se puedan hacer en departamentos más prescindibles.
No.
Al contrario. Nos amenazan precisamente con meter la tijera en la sanidad como
primera medida. Harán esto en lugar de racionalizar la administración pública, suprimir
las diputaciones, o dejar de subvencionar a fundaciones apesebradas.
Partamos
de que no tenemos una sanidad pública, tenemos diecisiete. La descentralización
ha triplicado, lógicamente, el gasto. Lo
más básico que podrían hacer para garantizar los servicios médicos para todos
los españoles es reunificar el sistema sanitario. Así ahorrarían costos. Pero
eso ni se lo plantean. Hay demasiado poder caciquil en juego. Nos han dejado
claro que sus chiringuitos no se tocan.
Quien
no quiera ni considerar la tarjeta única como una prioridad nos deja claro que
no defiende la sanidad pública sino las redes de poder actuales.
La
falta de libertad política nos condena a estar a merced de una casta incontrolable.
Podríamos ver cómo sacan a los enfermos a la calle, culparían al Rubius, y sólo
nos quedaría acatar cabizbajos.
(publicado previamente en https://www.diariorc.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario